La Pasarela es el nombre de mi última producción en medios de comunicacion. He tenido varios y ésta, fue merecedora de un premio binacional. Las palabras van y vienen, los escritores le damos vueltas a la noria de León Felipe en el pueblo de Comala de aquel Rulfo y nos perdemos en el laberinto de la soledad, sin Paz presente. Maneje por la autopista de Cortázar y tópese con la Tia Tula y la libertad de Machado, esa soy yo, una mujer construida a pedazos de letras de todos mis autores.
domingo, junio 28, 2009
Todos somos culpables.
No había podido escribir sobre el incendio en la guardería ABC, el mouse y la tecla se atoraba, pareciera que entraba en un trance ya que la rabia, la impotencia, el coraje y el dolor me lo impedía. ¿Quien tuvo la culpa? creo que todos sabemos quienes, como una cadenita, tuvieron su % de culpa, ahora se tiran unos a otros, algunos ya huyeron del país, otros son chivos expiatorios, hubo héroes y muchos, anónimos, pero nada borrará de la historia del estado de Sonora, ésa página quemada que arde aún con los dimes y diretes que políticamente, quieren escribir sobre ella, están subestimando a la opinión pública, a los padres de 48 angelitos que confiaron sus tesoros más preciados a gente sin escrúpulos, con todo el poder que da una relación familiar, la gente "bien", empleados que callaban ya que percibían un sueldo, inspectores que recibían su mochada y la cola es larga, muy larga, pero igual que el escorpión la cola se puede voltear picarse así mismo. Ni todo el dinero del mundo lava ninguna conciencia ni logra el perdón de algo, válgame la redundancia, imperdonable. Como decía Juvenal: El primer castigo del culpable es que su conciencia lo juzga y no lo absuelve nunca.
Yo agregaría, el primero y el último.
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