Cuando escribí en éste blog lo "el amor nunca muere, sólo se transforma", lo hice en honor de una niña linda cuyo novio murió pocos meses antes de su boda y su sufrimiento, desconcierto y tristeza, lo compartió con quien ella cree somos sus amigos. Eso fué todo un honor la verdad, por que la vimos crecer en esos momentos tan difíciles, tan duros, con una sonrisa tratando de buscar paz y consuelo ella misma en sí misma. Su refugio fue precisamente el gran amor que vivió junto a él, los recuerdos, las caricias, los detalles, todo lo gozado en sus planes. Y el relog siguió su inexorable camino, tenerse que levantar y seguir andando por la vida no le fue fácil a la niña, pero a fin de cuentas, pudo más su lucha, su determinación por sobrevivir. Esto fue tal vez, lo que hizo que ella volteara los ojos en otra dirección donde, un buen corazón la observaba, la amaba en silencio, esperando que el letargo acabara y así sucedió. Se abren y se cierran todas las puertas que queramos cuando así lo disponemos. Nosotros tenemos las llaves, las huellas son imborrables, pero forman parte del aprendizaje necesario para llegar a albergarse dentro de otro corazón. Niña, que esta nueva oportunidad sea la que, si bien no la estabas buscando y esperando, te reponga y cicatrice el alma. Recuerda que el amor, todo lo puede.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario