Sólo fue un ir a olvidarse del estrés, una caminata por los jardines de Coronado y que me topo con un pájaro inmóvil, pensé era de adorno, cuál fue mi sorpresa que estaba vivo, demasiado vivo diria yo, ya que el bello estaba como en su propio jacuzzi, rico disfrutando del agua, después tomé al helicóptero que vigila las embarcaciones, siempre me han llamado la atención esas naves, me metí a una librería café y que me topo con una voz increible, interpretando jazz, y seguimos mis acompañantes y yo el recorrido, nos topamos con el carruaje de cenicienta, con una yegua llamada Princesa cuyo chofer, es originario de Nayarit...y asi, camine que camine, vi aves del paraíso, hoteles, la bahía de San Diego en un frío y nublado atardecer, modas, flores y muchas cosas más, ni la primera ni la última vez pero siempre encuentro algo que me encanta y relaja...la vida misma que no se detiene, por lo tanto, nosotros tampoco debemos detenernos, a menos que sea para tomar fotos de éste tipo.
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