sábado, junio 24, 2006

Cafe con aroma a Internet

Café con aroma a Internet.
Con el arribo del tercer milenio se desato la moda de los cybercafes, mismos que se instalaron de todo tipo, color y sabor como si fueran tiendas de autoservicio. En los lugares más desculturizados y alejados del mundanal ruido en cuanto a tecnología se refiere, se abrieron pequeños espacios donde mínimo dos computadores, una impresora y una gran cafetera, formaron parte del entorno de todo pueblo y ciudad. Era ya obligatorio subirse a la supercarretera de la información y estar a la moda. Así, se volvió cotidiano y tribal el ir a tomar café con aroma a Internet, con el monitor enfrente y el mouse a un lado se empezaron a romper esquemas tradicionales para subirnos sin miedo con el navegante y visitar cientos de lugares, los cuales, probablemente nunca podamos conocer. Sumado a esto, el tianguis más grande del mundo se instalo en la web ofreciendo los más comunes o estrambóticos productos con solo hacerle click a la panza del ratón. Pero - siempre hay un pero- el Internet vino a darle un giro a la vida del ser humano y no precisamente todo positivo, por que no solo cambio la forma de comunicarse, de expresarse, sino su lenguaje, sus emociones, la conducta y rutina en si, le cambio la vida por completo, volviéndose la red en un facilitador para encontrar lo...que sea.

El lado oscuro del Internet
Millones de almas navegan en el ciberespacio en busca de victimas, un caso claro son las salas o “Chat Rooms” ahí, hay de todo, desde pedofilos, usurpadores de identidad que le roban a sus victimas (enamoradas desde luego) hasta su tarjeta de crédito, pervertidos, gente patéticamente sola y sin moral que desafortunadamente, encuentra personas necesitadas de cariño y afecto. Dentro de la gran gama de seres, destaca el que se cobija bajo el Síndrome de Asperger (espectro autista), son sumamente inteligentes pero nadie las llega a conocer en persona, de ahí, su multiplicidad de personajes en la aldea global escondidos tras varias conexiones imposibles de rastrear. Su capacidad, al igual que Aníbal Lector, es volver “adictas” a los demás a el (o ella?), penetran en los mas íntimos sentimientos, necesidades y desde ahí manipulan a todos, son mitómanos hipocondríacamente enfermas, toda su familia supuestamente desapareció y por lo tanto son causantes de lastima y simpatía. Después de lograr atrapar a la victima, vengativamente las dejan caer, burlonamente las dejan romperse frágilmente y van en busca de la siguiente. Irónicamente no tienen necesidades económicas y ese poder también lo utilizan para lograr sus objetivos, son cazadores de nicks que logran reconocimiento y sentido de pertenencia en un grupo virtual en este mundo tan solitario. Otro caso clásico es el de la persona inferior en todos los sentidos, que a través de la “superioridad” de manejar un canal (chat room) se desquitan déspotamente con otros lo que en su momento, sufrieron. Lo anterior ya nos los explico Maslow en su teoría de las necesidades secundarias, ahora la modernidad pone al alcance de todos el satisfacerlas y cada vez son mas los “chat rooms” para cada una; no importa edad, cultura, religión, carácter o identidad sexual entre varios mas, siempre existirá un lugar virtual para cada uno. Por lo que la próxima vez que ud. navegue, cuídese no solo de la gastritis por tanto café sino de con quien habla e interactúa detrás de la pantalla.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ammm cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia?

o como diria aquella frase de los chochentas... ojo mucho ojo