

Su autor, un policía tijuanense quien en su poco tiempo libre, pintaba. Gerardo Visáis dejó a su familia, sus pinceles, cuadros sin terminar, lágrimas y sobre todo, un sentimiento de impotencia que envuelve la ciudad hace tiempo, en éste caso, en un auto blanco, lo asesinos pasaron rafageando y mataron vilmente a tres, uno de ellos fue el pintor, papá por cierto de una de mis compañeras de trabajo, una excelente fotógrafa, Yamilka.
Descanse en paz, aquí nos deja sus lienzos y la esperanza de que los cobardes, paguen algún día este genocidio.
1 comentario:
Una víctima más... lamentable.
Fin del comentario, con tal de no maldecir.
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