Habia una vez un grupo de amigos, como todos los seres humanos con sus demonios internos, traumas, complejos y preferencias sexuales, religiosas, culturales etc. Su escala de valores iba del menos 0 al mas 10, entre ellos como Adán y Eva, habia una pareja, duraron en union libre varios años hasta que Adán se hartó, su gusto por intercambiar parejas y por menores de edad, lo impulsaron a servirle en charola de plata a Eva, a su mejor amigo, fácil de resolver el asunto. De ese tronco surge otro grupo de amigos, como un diagrama que se extiende estadísticamente. Adan ya tiene otra pareja, mas joven y bella, supuestamente inteligente y capaz, que su amor ciego tapa las debilidades de su Adán y asi pasan otros años mientras Adán va ganando adeptos a pesar de su déspota forma de ser, hay que tener mucha hambre para soportar este tipo de gente y si la hay, la hubo y la habrá. Mientras, Eva y el amigo, terminaron fracasando, ni modo, a Eva le gusta la mala vida y regresa a su lugar de origen pretendiendo cambiar su vida pero el peso del pasado no es tan facil de borrar, menos con su afan de demostrar que en el sexo, es experta. Y siguen cayendo parejas en la red de Adán, se los come vivo labiosamente, pero...siempre hay un pero..surge el escándalo...la nueva pareja son corderitos deslumbrados, a pesar de haber sido advertidos...siempre ganara la maldita curiosidad y el precio a pagar es para toda la vida. Por eso, el cómo somos, cómo nos ven los demas y como quisieramos ser, es algo básico...todos tenemos nuestro otro yo que peleará y luchará, nos sabemos cortar por lo sano, siempre volvemos como el caballo aquel que es liberado y vuelve a darle vueltas al pozo, la cadena es imaginaria, como dije, hay que tener mucha hambre para caer otra vez en los mismos brazos, en los mismos errores. Y la familia? unos ahi siguen, otros se esconden, otros mienten...viva la familia!
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