Todos tenemos sueños, otros les llaman metas y en el camino los vamos perdiendo por diferentes razones, a veces es el cansancio mismo de los ideales rotos lo que produce la fatiga de seguir soñando. Nos vamos conformando con los mismos muebles, es cómodo y fácil vivir asi, nos vamos conformando con la taza de cafe y el pan dulce, seguir el mismo camino ida y vuelta a casa, nos da miedo buscar otros atajos. La Beluga Blanca y el Unicornio, son animales inteligentes, dulces y soñados para aquel que sí puede ver con el corazón, aquel que todavia tiene gestos de nobleza y humanidad. Aquel que si le dicen de un milagro, no duda sino acepta que hay algo mas superior a uno mismo, algo que no se cansa de demostrarnos su amoroso poder y ni asi nos inclinamos. Creemos que son cuentos salidos del ropero de Narnia, a que bonito mundo, igual al de nosotros, hay guerras, traiciones y enemigos, o sea, no hay diferencia entre uno y otro, salvo que los animales sí hablan, pero no sabemos escucharlos. Pobrecito mi Unicornio, le querian quitar su bello cuerno de la frente, clásica señal del humano que no puede aceptar a alguien mejor que él y hay que destruirlo. Pobrecita mi Beluga, su cabeza redondita es causa de burla, es diferente a los delfines tradicionales, por eso la amo. Y así, guardo en mi corazón a estos bellos animales, mejores que muchos seres humanos, si, mejores que tú.
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