La Pasarela es el nombre de mi última producción en medios de comunicacion. He tenido varios y ésta, fue merecedora de un premio binacional. Las palabras van y vienen, los escritores le damos vueltas a la noria de León Felipe en el pueblo de Comala de aquel Rulfo y nos perdemos en el laberinto de la soledad, sin Paz presente. Maneje por la autopista de Cortázar y tópese con la Tia Tula y la libertad de Machado, esa soy yo, una mujer construida a pedazos de letras de todos mis autores.
sábado, enero 20, 2007
Matar a sangre fría.
Matar a sangre fría es un deporte de contacto mental. Para empezar, no estoy hablando de matar físicamente, sino emocionalmente. A veces los asesinos a sangre fría son menos peores que aquellos que, valiéndose de las debilidades de su presa, la van destruyendo poco a poco, cortándole las venas de su espíritu, desvalijándolas de su protectora piel y sobre todo minimizándolas de tal forma que terminan pensando que no valen la pena ni como ser humano ni como lo que nacieron, hombre o mujer. Y así, el asesino (a) va despojando de sus ideales, sueños y cualidades a su víctima, le van quitando ladrillo a ladrillo su fortaleza espiritual, sus creencias y la flama de un amor mal entendido, termina por quemar fatalmente al muerto (a) en vida. Así son los delincuentes morales, saben todo, averiguan hasta la última celula de un inocente soñador (a) y juegan a matar, sin darse cuenta que van a terminar mas fríos que la persona que creyó y confió en ellos. Los depredadores inhumanos, terminan siendo humanos, se hacen viejos, se hacen arrugados como todos y terminan pagándole a un extraño sus servicios por que no hay nadie, nadie al final de su camino que los acompañe y pensar que tuvieron no una, sino varias oportunidades. Ces´t la vie.
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