sábado, abril 07, 2007

María simplemente María.

Viajando en el pasado y calzando las sandalias del tiempo, pregúntome cómo sería María, son muchas las versiones y los hechos, una jovencita que de repente sin saber por qué fue elegida, se convirtió en la madre de Jesús. Tuvo que soportar cientos de miradas, dudas, preguntas sin respuesta y sólo esa fe que hasta la fecha representa el amor filial, la sostuvo. Su vida fuer vertiginosa, cautelosa, huyó para proteger el bebé que traía en el vientre, se imaginan siquiera su miedo, terror, angustia, desesperación...por más fe que tuviera, era un ser humano, niña-mujer que aceptó sin siquiera saber su sufrimiento final, lo que toda madre teme: ver morir a su hijo. Para colmo, la muerte de Jesús no fue nadita fácil, su paso al sepulcro fue rodeado de un silencio que miraba hacia el cielo preguntando por qué, si, por qué. Cuantas alegrías le dio su hijo a María siendo niño, cuántas mortificaciones de joven viendolo curar a la gente, dictar sus sermones, siempre atenta, siempre limpiándole con amor la ropa y las sandalias del pescador de almas, dándole de comer. Orgullosa se debe haber sentido, pero al mismo tiempo, cuando Jesús se perdió en el desierto, su corazón cada vez más maltratado no encontraba paz. Amiga de su hijo, testigo silente de cientos de seguidores, amigos, enemigos, mujeres, niños, enfermos. Si pudiera ella regresar al pasado y elegir, ¿que haría?. Quien sabe, hasta la fecha, ella sigue siendo la Mamá de todos, a la que recurrimos en sus diferentes nombres, es la misma al fin, es la consentida y ella nos comprende como madre que es, que fue y que será. Según los cristianos y otras religiones, no la reconocen como "Virgen", bueno, no necesitamos que lo hagan, es cuestión de enfoques, como si en pleno siglo XXI fuera tema de moda la virginidad, necedades de cristianos adinerados (a que buenos son para hacer lana por cierto!) pero en fin, el tema es María y ponernos en sus zapatos un ratito, nos quedan grandes por supuesto, pero por lo menos apreciaremos una vida tan difícil como la de ella aun cuando su pasaporte al cielo no tiene caducidad.

No hay comentarios.: