Estaba en el aeropuerto de Tijuana esperando abordar un avion a mi ciudad del sol (Hermosillo, Sonora) cuando se me acercó un señor y me pregunto que si yo era quien era, pues si, le dije, si soy aquella que estudio contigo en Monterrey (direntes carreras) pero misma época y se sentó a contarme su desastroza vida y el por qué regresaba a su tambien ciudad de nacimiento. Se me rompió el corazón, una historia de fracasos, drogas, divorcio, tres hijos repudiándolo y venia de una clinica de rehabilitación. Esto fue muy doloroso para mí y más, el que me mostrara señales en sus brazos de haberse querido ir ya de este mundo. No sé por qué el lugar y el momento preciso de coincidir con Manuel, le hable mucho, de oportunidades de trabajo en otras partes e incluso en el extranjero, sentia su rabia, coraje e impotencia contra sí mismo y el mundo, hice lo que pude para hacerle ver que somos hacedores de nuestro propio destino gracias a las buenas o malas desiciones que tomamos, que las consecuencias de nuestros actos no los medimos pero que todos siempre, tenemos oportunidades de volvernos a levantar una y otra vez, siempre más dificil pero no imposible. Venía emocionado en el camino, me confesó que le abrí otro panorama y que algun día regresaría a reconquistar a su mujer y a sus hijos. Le di mi teléfono, mi email, me llamó dos veces larga distancia, le escribí, le pasé datos de personas. Pero la realidad que encontró aquí fue peor, su familia lo rechazó, sus amigos le dieron la espalda, clásico cuando te ven en el piso y se vio solo, en una casa arruinada, su padre viejo y enfermo y quien sabe qué pasó por su mente y corazón. El pasado 26 de marzo me enteré por conocidos mutuos y por el periódico, que se dio un tiro en la cabeza. A qué mal me sentí, impotente, dolida, decidió irse y nada ni nadie lo pudo detener, así como cambiamos de canal con el control en la mano, sabiendo que hay programas malos, buenos o censurados y decidimos qué ver, así, tenemos el control de nuestra vida y le cambiamos a nuestra conveniencia o sentimientos, originados por el momento que estemos pasando, así pues, decidio irse. No sé si descanse en paz, no me interesa la opinión de la Iglesia sobre el suicidio, ni de la "sociedad", cada quien en sus propios zapatos sabe, lo que está viviendo. Adiós mi negro.
1 comentario:
Qué triste final =(
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