¿Cuántas personas pasan por nuestras vidas? miles, algunas se detienen, otras siguen su paso, pero aún así sea momentáneo, algo nos dejan, algo que sólo el tiempo nos dirá la razón de su tránsito en nuestras vidas. Algunas llegan para quedarse, otras, son como las estaciones del tren sin boleto de regreso y aún cuando quisiéramos quedarnos como Penélope sentada en el andén viendo si regresa, eso no sucedera jamás. Esta persona-estación llego por un tiempo, para aprender contigo, para enseñarte, para amarte, hacerte reir, llorar, satisfacer muchas necesidades de todo tipo, un ser maravilloso que cuando tiene que partir, te deja un espacio vacío en la vida sin esperanza de volver a creer en el siguiente pasajero (a). Hay otras personas que estarán contigo toda su vida, aprecialos, valóralos, debes aceptar que estás recibiendo lecciones de parte de ellas y pondrás en práctica la suma de tus experiencias, dolorosas tal vez, por que queda claro que la más importante será siempre la persona-estación, muy claro. Todos los seres humanos que se cruzaron en tu vida tenían una misión, cuando se comprende cuál er, sufres menos o al menos tratas de. Las personas se van por muchas razones también, por que tienen una misión nueva, por que se mueren, por que te dejan de amar y actúan de una manera en que tienes que tomar desiciones ante ellas. Fuimos llenos de ellos por un tiempo, recibimos mucho pero es hora de que se vayan dejándonos heridos y como niños huérfanos, que no sabemos por qué, el famoso por qué de una estación sin fin. Amor es renunciar, es gritar, es impotencia, es rabia, es coraje, lágrimas sin fin capaz de revivir el mar muerto..miente quien dijo que el amor es bello, adiós a la estación que duró en el andén 9 años, gracias por todo, gracias por nada, gracias por llevarte en el tren sin retorno, a mi mejor amiga, al menos en el alma y su corazón.
1 comentario:
Una lágrima se evapora, una rosa se marchita, más una oración por mi alma la recoge Dios.
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