Un alto en el camino.

En el kilómetro 132 rumbo a Nogales, Sonora, saliendo de Imuris donde las quesadillas de Doña María son famosas, hay una curva donde primero, le hicieron una capilla a San Judas Tadeo, parada obligatoria para todos aquellos que tenemos la fe puesta en el primo y cuaderno de Jesús. Veladoras encendidas, otras ya apagadas y casi vacías, flores muertas, de plástico, recaditos solicitándole al santo favores, milagros, textos increíbles, varios con peticiones hasta económicas, salud, belleza, imposibles posibles, de todo como en farmacia similar. Lo importante es la fe, que dicen mueve montañas, dos años antes pasé y ya estaba acompañándole otra capillita a la Virgen de Guadalupe, madre de los mexicanos y por ende, merecedora de un lugar especial ahí, en ese alto en el camino, donde todos, ricos, pobres dejan algo, aunque sea con el pensamiento y susurrado en baja voz. La última vez, hace casi mes y medio que volví a pasar por ahí, me encontré una tercera y obvio, me bajé a dejar mi veladora, mi lista más larga que la cuaresma y el corazón esperanzado. A pasar por la tercera, que irónicamente está en medio de Judas y mi Lupita, casi me infarto, se me encueró el chino, digo se me enchinó el cuero, sentí feo!!! habían eregido un altar a la ¿"Santa"? Muerte. Omaigadddddddddd que es esto? ¿de donde santa eh? ella es tiene el peor trabajo, es sierva fiel de Dios, ni modo, alguien tiene que recojer lo tirado y pues tenía que haber una calaca que lo hiciera, ni pex. Pero de eso a hacerle una capilla y bien sé que por todas partes existen fans, bueno cada quien que crea hasta en el santo el enmascarado de plata, total, si le funciona que bien. Pero de que sentí feo, sentí feo y como niña chiquita, me devolví a mi auto "sin ver", que mello. Para la otra avísame Judas Tadeo que sentí feo.