¿Se vale o no?

Siempre me he preguntado si se vale lastimar, destrozar e incluso matar el amor de alguien. No creo que haya una respuesta total a esto. El (la) que lo hace, tiene sus razones, unas encasilladas en el clásico pasadizo de la estupidez humana, tales como...Me encontre a otra (o)...Ya no te amo (como si se comprara en un supermercado)...Ya no me haces feliz (empecemos por definir la palabra feliz)...Es más joven que tú....Ha sufrido más que tú y yo le resolveré la vida (y el sufrimiento se pesa como el kilo de tortillas)...etc etc etc de la comedia humana...
Hay una canción de Alberto Cortéz que dice en una parte:
"Camina siempre adelante, pensando que hay un mañana, no te permitas perderlo porque está buena la cama".
Y esa, la cama, con colchones nuevos, sábanas de seda y olor fresco, es la prncipal razón de lastimar a alguien, de dejar atrás los cimientos construidos con años de esfuerzo, de lucha, de remar como barco egipcio (todos al mismo ritmo). No nos engañemos, la cama, esa figura central de todo dormitorio, donde se guardan tantos amores y desamores, sueños, pesadillas, soledades, ansiedades y deseos...es lo que para muchos, la validez principal de matar el amor de alguien, aunque trate de justificar que no es la cama, sí es, un amor desolado, una cama vacía que la manchará otro maquillaje. Matón y cobarde aquel que mata un amor por otro amor, el amor, con amor se paga.