Son muchas las maravillas que se pueden decir de los delfines, su historia a través de los siglos evidencia un sentimiento, una forma de ser sin igual, bellos por dentro y por fuera. Verlos y convivir con los delfines, ha sido una de las pocas cosas que me han dejado sin habla, sin respiración, sin....me convertí en una humilde y mísera enamorada de ellos...son pocas las veces que he vivido esto, he sentido esa sensación de flotar en el espacio embelesada, cuando lo ví a El, cuando nació mi hija y cuando toqué a un delfin. Y cada vez que veo la crueldad hacia ellos, ya sea por experimentos "cientificos", su matanza en la pesca del atún, la indiferencia de los barcos pesqueros que los arrollan a su paso o los tiran a su suerte todos depredados por haberse enredado en las mallas...me siento mal, tan mal que odio, lloro, rezo, reniego, me da ira, coraje, me da....me dá....y más me dá cuando unos estupidos veterinarios niegan aceptar que un delfin se deprima después de que su entrenadora fuera asesinada. Aducen que el delfín tenia un parásito y por eso bajó de peso. Ajá y yo soy Santa Elena vuelta a nacer, habráse visto tremenda ignorancia..Tamari Monti y la delfín hembra Mary G. (o sea que name para una delfina pero en fin) estaban super conectadas en cuerpo y alma, estos veterinarios necesitan dejar su ciencita y abrir su corazón a la verdad, o háblenme para darles unos tips de que leer y aprender lo que significa "morir de amor, morir de tristeza". No lease que estén en Italia, la agonía de Mary G y todos los delfines del mundo, lo valen ¿a poco no?..y si, si lo notaron, esto triste por ella, por Mary G.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario